Como iglesia, velamos por el bienestar de las parejas para que así lleven una vida juntos en plenitud.

 

El matrimonio está bajo ataque en nuestra sociedad. Muchos sienten que se trata de una institución anticuada, retrógrada. A nivel mundial, la cifra de matrimonios oficiados cada año, ha decrecido notoriamente. Aquellos que contraen matrimonio, les es cada vez más difícil permanecer casados.

La pareja como diseño original de Dios

Podemos ver a la luz de la Biblia, que la pareja fue creada por Dios para que a través de ella, la tierra fuese bendecida (Génesis 2: 22 – 23).

Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, les estableció a cada uno funciones específicas. Al hombre como cabeza y a la mujer como ayuda idónea (Génesis 2:18).

Las parejas somos un instrumento valioso de Dios para el cumplimiento de la Gran Comisión.

Las parejas fuimos creadas para: ayudar, colaborar, ser de alivio y de bendición para nuestra sociedad y nuestra nación. Este fue el propósito de Dios en el inicio de la creación.

Este ministerio tiene como propósito:

• Llevar a las parejas a recibir la respuesta integral ofrecida por Jesucristo, para disfrutar la vida en pareja. (Juan 10:10 b).
• Formar un grupo de parejas, que sea de impacto en el entorno en donde viven.
• Capacitar y desarrollar parejas de todo nivel cultural y social, para que lleguen a descubrir la verdadera realización de sus vidas, a partir de los principios que están en las Escrituras. (Juan 8:32).
• Desarrollar la vida de oración en pareja, que es esencial para la prosperidad y bendición propia y de los suyos (3 Juan 2).
• Formar parejas que sean molde, modelo y ejemplo para sus hijos y para la sociedad misma, ayudando con ésto al cumplimiento de la Gran Comisión (2 Timoteo 2:2).
• Llevar a familias enteras ante los pies de Cristo, a través de un genuino cambio en su vida de pareja.

 

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